Fecha: 
27/05/2016 - 10:40am



Desde muy niño, a Juan Armando Sánchez el mar lo sumergió en el mundo de la investigación, le despertó una pasión sin límites, un amor único que lo ha llevado a descubrir los secretos de la evolución de la vida en las profundidades.

Pese a haber nacido a 2.600 metros de altura, este bogotano se apasionó rápidamente por las corrientes marinas, pues le bastó tan solo una pregunta para entender que su vida quería pasarla estudiando la biodiversidad de los océanos. ¿Cómo un abanico de mar generaba una red? Así se despertó su curiosidad, este fue su principio.

Se convirtió en Biólogo Marino, Ph.D. en Ciencias Biológicas, master en Biología Sistemática y Ecología y en profesor asociado de la Universidad de los Andes en el área de investigación: Filogenética y ecología molecular marina.

Sus investigaciones han estado enfocadas siempre en los corales, esos en los que fijó su mirada cuando viajó a San Andrés Islas siendo apenas un niño. “Me interesan dos aspectos de la ciencia: la vida marina y la evolución y el origen de la vida marina. Para eso tengo que estudiar los organismos marinos, la biología y las ciencias marinas, pero también la teoría evolutiva, la genética poblacional y la ecología molecular. Son temas que he logrado mezclar”, manifiesta el bogotano de 49 años.

El interés de Juan Armando por la ciencia y la investigación en la vida marina lo llevaron a recorrer el mundo. Luego de ‘entrenarse’ -tal como como él mismo lo dice- en el Mar Caribe sintió la necesidad de aprender nuevas técnicas, de saber más de teoría evolutiva, de genética poblacional, de biología y ecología molecular. Su primera estación fue Nueva York, luego se marchó a Washington y allí comprendió que el mar tenía un gran tesoro a disposición de su investigación y que más allá de los mares colombianos había un mundo que debía explorar.

Después viajó a Nueva Zelanda para hacer un posdoctorado y obtener una visión global sobre los corales. Investigó la antártica en el mar de Ross, donde abrió aún más su visión y entendió que al igual que en Colombia esta zona también era un punto caliente de la biodiversidad.

“Hay una cantidad de cañones montañosos que unen antártica con Australia y Nueva Zelanda, y las corrientes marinas que las rodean se han movido y han generado muchas especies”, dice Juan Armando.

A su regreso a Colombia, luego de abstraer de las profundidades de la antártica todo un universo de conocimiento, se vinculó con la Universidad de los Andes y buscó proyectos estratégicos para continuar con su línea de investigación. Se reencontró con el Mar Caribe, con el Océano Pacífico y empezó a explorar sitios nuevos, esos a donde pocos llegan y en los que ha logrado grandes resultados, como descubrir nuevas especies de octocorales y una nueva especie para la ciencia.

 “Actualmente, Colciencias nos está financiando un proyecto de simbiosos de los corales, que consiste en ver cómo la genética poblacional de corales que viven en las profundidades cambia frente a la de los someros, cómo se da la simbiosis y cómo se da la biodiversidad. En una sola inmersión en el Parque Nacional Natural Corales de Profundidad encontramos 20 especies diferentes de octocorales y una nueva especie para la ciencia; la parte de exploración sigue siendo algo que da muchos frutos en Colombia”, afirma.

Gran parte del sueño de Juan Armando Sánchez, el de descubrir los secretos de la evolución de la vida en el mar, ha sido posible gracias al apoyo de Colciencias tanto en su formación de alto nivel (maestría y doctorado) como en el desarrollo de sus proyectos de investigación a través de las convocatorias de financiación que brinda la entidad.

“El mar en biología es el origen de la vida y mi vida está en función de trabajar, pensar y explorar el mar; es un tesoro de conocimiento y una biblioteca increible”, asegura Juan Armando Sánchez en un tono apasionado, que contagia y emociona mientras habla de la vida marina.